“Cada vez que voy a la playa miro hacia el mar con la ilusión de ver cetáceos. Me asiento con mucha paciencia a observa el horizonte de forma panorámica, para ver si se asoma una aleta o un soplo. La paciencia es realmente fundamental, no es fácil divisar cetáceos. Lo esperanzador es que en varias playas de Chile he obtenidos buenos resultados: cetáceos a la vista”
Los cetáceos, al igual que nosotros, son mamíferos. Nosotros en tierra, ellos en el mar. Como todos los mamíferos tenemos pulmones para respirar aire, ellos no son la excepción. Todo cetáceo debe subir a la superficie del agua a respirar, momento crucial para que nosotros los podamos observar.
Ya teniendo solucionado el problema de cómo poder ver a los cetáceos que viven bajo el agua, hay que tener la suerte de verlo en el instante preciso ya que es un momento bastante corto y rápido. La suerte, es que en Chile se han visto cerca del 50% de los cetáceos que se pueden ver en todo el mundo, es decir, alrededor de la mitad de los cetáceos que existen, se pueden ver en nuestro país. Al parecer las condiciones están ideales para que podamos ver cetáceos. Sólo falta paciencia y tiempo mirando el mar.
Chile es rico en especies de cetáceos, que incluso hay una especie de delfín que sólo se puede ver en nuestro mar: el delfín chileno, único cetáceo endémico de Chile.
Debido a la gran diversidad de cetáceos en nuestras aguas, es que Chile declara a su mar como “Santuario de Ballenas” el año 2008, prohibiéndose legalmente la caza de cetáceos y fomentando el cuidado de estos mamíferos marinos.
Las ballenas suelen viajar miles de kilómetros entre el Ecuador y los Polos persiguiendo las aguas cálidas para la reproducción y las aguas heladas para la alimentación. Existen poblaciones de ballenas que migran del ecuador al norte, y otras del ecuador al sur. A su vez, hay poblaciones que lo realizan por el Océano Pacífico, mientras que otras por el Atlántico. Las que lo realizan hacia el sur y por el océano pacífico son las que podríamos llegar a ver si tenemos la suerte de estar mirando el mar en el lugar y momento indicado. Lo esperanzador es que se han descubiertos zonas específicas en Chile en donde es más probable verlas. Las aguas aledañas a la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt (RNPH) en la III y IV Región, el golfo Corcovado (X Región), el parque marino Francisco Coloane (XII Región) son lugares reconocidos por ser zonas de alimentación para estos mamíferos marinos.
En la zona del norte, los pescadores que viven en las cercanías de la RNPH además de vivir de la obtención de recursos marinos, han desarrollado un polo turístico de cetáceos, ya que hay una gran población de delfines nariz de botella que se pueden observar todo el año, además de la llegada masiva de otros cetáceos en el primavera-verano (Noviembre-Abril). Es de tal magnitud la cantidad de avistamientos de cetáceos, que es de gran importancia hacerlo de manera respetuosa. Pero como nosotros no manejamos los botes, nuestra responsabilidad es verificar si la distancia entre los cetáceos y los botes son las permitidas (cetáceos pequeños: 50 metros; cetáceos mayores: 100 metros; y ballena azul: 300 metros). En el caso de que la embarcaciones se acerque a distancias menores de las señaladas, además de avisarle al capitán de la embarcación para que tome conciencia de que no es correcto, se debe dar aviso a SERNAPESCA o Armada de Chile. El cuidado y protección de los cetáceos es tarea de todos.
Otra amenaza importante que sufren los cetáceos es la basura que se encuentra en el mar, ya sea por el plástico que ingieren o por las redes pesqueras que se encuentran a la deriva, provocándoles enredos que les imposibilitan el nado o incluso subir a la superficie a respirar.
Es por ello que si queremos cuidar y proteger a los cetáceos, nuestras acciones son vitales. Las acciones concretas que podemos hacer y que efectivamente influyan positivamente en los cetáceos, son: reducir, reutilizar y reciclar el plástico que utilizamos; recoger basura de las playas; y realizar avistamientos desde embarcaciones de manera respetuosa.
Mientras más respetemos y cuidemos a los cetáceos, mayores serán las probabilidades de verlos. Un gran número de especies de cetáceos se encuentran en peligro o vulnerabilidad de conservación, por lo que si accionamos en pos de ellos, visualizarlos será nuestra gran recompensa.